Mundanza sin mudanza

 Este año no me mudé. Sí, señores, esto significa que vivo en el mismo departamento desde hace más de dos años. ¿Es porque de repente sentí que me gustaba vivir acá? Claramente no. O tal vez sí, de alguna manera, después de algunos eventos.

Dos meses antes de la finalización del contrato empezamos a buscar un nuevo hogar, como de costumbre, y como sospechábamos, nos encontramos con algunas dificultades. Al principio de la pandemia, el presidente emitió un decreto que renovaba automáticamente todos los contratos de alquiler hasta octubre. Durante ese período, deberían congelarse los valores de los alquileres y los desalojos estaban prohibidos. En otras palabras, nadie estaba cediendo departamentos y las opciones se volvieron muy escasas.

Pero ese no fue el único problema. Meses antes, un cambio en la ley de alquileres provocó que los precios se dispararan de un día al otro y uno de los los pocos departamentos que entraban en nuestro presupuesto era… el que ya vivíamos. Incluso visitamos a algunos que pasaban un poco el budget, pero  no eran realmente mucho mejores que el nuestro y por eso no valía la pena el esfuerzo de una mudanza.

Así que decidimos quedarnos. Al menos un año más. Pero no sin arreglarlo primero. Por supuesto, no íbamos a invertir dinero en la estructura del departamento, así que disimulamos algunos detalles que nos molestaban y gastamos todo el dinero de fiestas y bares a los que no fuimos en los últimos meses en MUEBLES. ¿No es inteligente comprar muebles nuevos ya que pasamos el 99,9% de nuestro tiempo en casa?

Este es nuestro nuevo living. Nos deshicimos de la cama que habíamos convertido en sillón (¿realmente la habíamos convertido en sillón o era eso en lo que creíamos?) Y compramos uno de verdad, tal y como queríamos.


Otro deseo durante muchos años fue tener un carrito bar y acá está.


Finalmente, pasamos la computadora de Javi, sintetizadores y demás parafernalia al living y compramos este pequeño mueble. ¿Por qué esta decisión tan controvertida? Porque él jugaba todos los días a juegos multiplayer hasta el amanecer sin callarse ni un segundo y, además, se acababa de comprar un Joystick que hace un ruido insoportable, ¿y quién podría dormir en paz? Inicialmente no le gustaba la idea de tener sus cosas en el living, pero todo estaba un poco abarrotado en la habitación y un nuevo sintetizador estaba a punto de llegar, por lo que sería imposible mantener todo en la habitación sin, no sé, sacar la cama de allá.


La habitación no ha cambiado mucho, solo fueron para alá los cojines del viejo sillón y el teclado, que ahora está donde solía estar el lío de Javi. Todavía falta una alfombra debajo, pero todavía no he encontrado una que me guste, así que no hay fotos en este momento.

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